LAS AMARGURAS DE SAN
PETER
En
la nada de San Peter se encontraba una
mufa muy grande que opacaba la bellísima
casona del altísimo picudo y machín
de Mario para cuando se azotaba con la pared era estruendosamente feliz
por maromear por las paredes de la casona y mencionaba al cantinfleo de su compadre
Nabucodonosor el endemoniado que todos los montoneros apedreaban por su maléfico aspecto, aquel hombre tan horroroso siempre estaba muy cochino
y mugriento por lo que las mosquillas siempre sobrevolaban sobre la corteza de su calaca flaca pero sin
más siempre procuraba dormir a ladito de la casita de Malita ya que siempre
estaba malita la pobrecita por lo que
momia cerquitas de la gran cocinita y
así muy gustosamente se la pasaba viviendo Nabucodonosor de sedentario por todo
San Peter y a pesar de que su
corazoncito fue destrozado y derrotado
una y otra vez y sin embargo siempre tenía la quimera de encontrar a
su verdadero amor aunque por algunos
momentos lo invadiera la amargura de su pobre soledad.
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